miércoles, 20 de mayo de 2015

Crónica Veneciana.

Ya les había comentado que uno de mis lugares favoritos hasta el momento es Venecia. Digo hasta el momento por que siempre estoy lista para agarrar camino y ver nuevos lugares. 
Quién sabe... podría cambiar de lugar favorito en cualquier momento.


Bueno, pero por ahora es Venecia. A lo mejor suena a cliché por ser considerada una de las ciudades mas románticas del mundo. Pero para mí es otra cosa. 
Su encanto viene de que es una ciudad muy antigua, que a la fecha sigue siendo funcional a pesar del tiempo, la erosión, el abuso y consumo.


Ahí sigue de pie, imponente. Sus castillos lujosamente remodelados y otros abandonados, chuecos y carcomidos, testigos silenciosos de lo que son, fueron y de quienes los habitan y de quienes los abandonaron. Sus paredes llenas de secretos y misterios. Una ciudad llena de poder, ya que fue uno de los centro económico más importante, origen de muchas empresas financieras y puerto clave para intercambio de mercancías con el mundo.

¿Dónde han visto a este leoncito?


Sus plazuelas llenas de ambiente, su comida, una de las mejores. Desde pasta casera para llevar hasta un menú de degustación de cinco diferentes tipos de jamón crudo con sus respectivos acompañamientos.


Es imperativo perderse en sus callejones tétricos y con una señalización poco ordinaria. De repente me encuentro en un pasillo solitario, con una luz al final del camino amarillenta y tenue que si no fuera por el letrero de madera descolorida, colgado de un clavo oxidado que dice que es la calle que estoy buscando para poder llegar por fin al hotel, jamás me atrevería a cruzar. Si no fuera por que estoy de vacaciones en Venecia... 
¿qué puede pasar?... 
 Sólo que no puedo dejar de pensar en las historias del guía por la mañana: misterio, asesinatos, engaños, intrigas etcétera, pero bueno eso fue hace cientos de siglos ¿no?

-“No Jessica! La película de Hannibal Lecter no fue aquí, fue en Florencia!”

-Ah, ya decía yo.


El palacio imponente; abajo, las celdas de tortura, inolvidables. Cuantas iglesias, museos, cuanta historia y arte invaluable a dos metros del agua! La gente va y viene, los que habitan deben tener lancha y vaya que se ve el lujo en la lancha y en las casas. 
Dice el gondolero que no suelta el celular:
 “el mantenimiento es un ojo de la cara.” “Ahí vivió Casanova, a su derecha”


Por cierto no cualquiera es gondolero, es una tradición familiar y la góndola es un inversión bastante fuerte. Es una ciudad cara y más para vivir, pero funciona.


Es una ciudad del mar. Ojalá un día regresé para verla llena de agua y pueda caminarla con las botitas que venden.
Hasta pronto Venecia!

lunes, 4 de mayo de 2015

Casi un año..



Casi un año. 360 días en otro país. Aquí esta la lista de cosas que hice, que aprendí este año viviendo en el extranjero.

1. Aprendí a hacer tortillas.
2. Aprendí a preparar caldo de pollo.
3. Abrí un blog.
4. Aprendí alemán.
5. Practiqué stand-up board.
6. Hice nuevas amigas.
7. Aprendí que puedo lavar un baño.
8. Que tengo a los mejores compañeros de viaje, mis amigos.
9. Que Venecia es mi segunda ciudad favorita.
10. Que me puedo desapegar de las cosas materiales, una y otra vez.
11. Que siempre podré volver a París.
12. Que amo mi país.
13. Que comer y viajar es mi pasión.
14. Que juntos, él y yo, todo lo podemos hacer.
15. Que su risa lo es todo.
16. Que las hermanas son las mejores aliadas en la vida.
15. Que tengo mucho miedos.
17. Que no le tengo miedo a la soledad.
18. Que tengo al mejor compañero de vida.
19. Que sólo existe el hoy.
20. Que nada es por casualidad.
21. Que mis pensamientos son mi presente.
22. Que siempre hay alguien cuidándome aquí y allá arriba.
23. Y que debo ser agradecida siempre.

La última no es nueva, pero no esta por demás agradecer todas las cosas que nos trajo este ciclo que termina.
Y ahora que inicie esta nueva aventura!