Ya les había
comentado que uno de mis lugares favoritos hasta el momento es
Venecia. Digo hasta el momento por que siempre estoy lista para
agarrar camino y ver nuevos lugares.
Quién sabe... podría cambiar de lugar favorito en cualquier momento.
Quién sabe... podría cambiar de lugar favorito en cualquier momento.
Bueno, pero por
ahora es Venecia. A lo mejor suena a cliché por ser considerada una
de las ciudades mas románticas del mundo. Pero para mí es otra
cosa.
Su encanto viene de que es una ciudad muy antigua, que a la fecha sigue siendo funcional a pesar del tiempo, la erosión, el abuso y consumo.
Su encanto viene de que es una ciudad muy antigua, que a la fecha sigue siendo funcional a pesar del tiempo, la erosión, el abuso y consumo.
Ahí sigue de pie,
imponente. Sus castillos lujosamente remodelados y otros abandonados,
chuecos y carcomidos, testigos silenciosos de lo que son, fueron y de
quienes los habitan y de quienes los abandonaron. Sus paredes llenas
de secretos y misterios. Una ciudad llena de poder, ya que fue uno de
los centro económico más importante, origen de muchas empresas
financieras y puerto clave para intercambio de mercancías con el
mundo.
¿Dónde han visto a
este leoncito?
Sus plazuelas llenas
de ambiente, su comida, una de las mejores. Desde pasta casera para
llevar hasta un menú de degustación de cinco diferentes tipos de
jamón crudo con sus respectivos acompañamientos.
Es imperativo
perderse en sus callejones tétricos y con una señalización poco
ordinaria. De repente me encuentro en un pasillo solitario, con una
luz al final del camino amarillenta y tenue que si no fuera por el
letrero de madera descolorida, colgado de un clavo oxidado que dice
que es la calle que estoy buscando para poder llegar por fin al
hotel, jamás me atrevería a cruzar. Si no fuera por que estoy de
vacaciones en Venecia...
¿qué puede pasar?...
Sólo que no puedo
dejar de pensar en las historias del guía por la mañana: misterio,
asesinatos, engaños, intrigas etcétera, pero bueno eso fue hace
cientos de siglos ¿no?
-“No Jessica! La
película de Hannibal Lecter no fue aquí, fue en Florencia!”
-Ah, ya decía yo.
El palacio
imponente; abajo, las celdas de tortura, inolvidables. Cuantas
iglesias, museos, cuanta historia y arte invaluable a dos metros del
agua! La gente va y viene, los que habitan deben tener lancha y vaya
que se ve el lujo en la lancha y en las casas.
“el mantenimiento es un ojo de la cara.”
“Ahí vivió Casanova, a su derecha”
Por cierto no
cualquiera es gondolero, es una tradición familiar y la góndola es
un inversión bastante fuerte. Es una ciudad cara y más para vivir,
pero funciona.
Es una ciudad del
mar. Ojalá un día regresé para verla llena de agua y pueda
caminarla con las botitas que venden.
Hasta pronto Venecia!
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