Nunca digas nunca.
No digas que NO! hasta que lo pruebes. No te quedes con las ganas. Y
por último, si te gusta el frijol...jajaja.
Todas las anteriores
son frases que filosóficas populares que nos encanta aconsejar a los
demás pero poco a nosotros mismos.
Así que ayer no me
quede con las ganas y fui a mi primera clase de Pole Fitness. Yeahh!
Creen que todo es diversión y cachondez? Ja pues no! Las verdad es
que la clase me encantó, eso si, hoy me duelen todas mis
extremidades pasando por las costillas y creo que hasta un poco los dedos jajaja.
El Pole Fitness no
es una rutina cualquiera que repites ocho mil veces sudando sin
control, tratando de quemar las calorías que ingeriste en la semana
con tu torta de tamal. El Pole Fitness es toda una disciplina que
incluye gracia, fuerza, elasticidad, coordinación y concentración.
Lo que más trabajamos fue brazo por que es la fuerza que utilizas
para levantarte en el tubo y girar, aun así me parece una clase
súper completa y divertida además que desarrollas la postura y
coordinación. Pasas de caer como costal a bajar del tubo lentamente
como bailarina de ballet en solo un clase!
No es fácil ser
instructor y realmente no es una práctica que te haga millonario,
asistir a los talleres, certámenes y competiciones es con los
propios recursos así que es meramente una actividad recreativa.
En México existe la
Federación Mexicana de Pole Fitness. La FEMEXPOLE que organiza
capacitaciones. Checa vídeos de estas chavas profesionales, me dejaron pasmada, te dejan con el ojo cuadrado, además de ser sensuales en su
rutina, realmente se están ejercitando con un alto grado de
dificultad y control del cuerpo. Mis respetos.
La verdad es que
vale la pena intentar cualquier cosa que se te ocurra, o que le traigas ganas. Es una forma
de descubrir tus intereses, nuevas pasiones y probablemente tus
talentos escondidos.